- El Diario Del Monje Millonario
- Posts
- Como Trabajar Menos y Conseguir Más: La Ascensión De La Productividad Consciente
Como Trabajar Menos y Conseguir Más: La Ascensión De La Productividad Consciente
Un sistema para adoptar verdadera maestría sobre tus acciones
Desde que inicié mi emprendimiento la idea de hacer más con menos siempre me ha parecido algo alienigena.
Los mentores que seguía parecían trabajar incontables horas.
Llevarse al borde del burn out se trataba como una medalla de honor.
La idea de adoptar un ritmo de trabajo que me diera tiempo para nutrir todas las otras areas importantes en mi vida sin sacrificar mi rendimiento, salud mental y física parecía algo inalcanzable.
Durante mucho tiempo acepté esto como verdad. Trataba de sobrevivir esta idea porque era lo único que conocía.
No fue hasta que inicié mi marca personal en Enero de 2023 que me abrí a una nueva forma de trabajar, y gracias a ella, pude sentir por primera vez que podía conseguir lo que quisiera.
Hasta el momento, gracias a esta forma de trabajar (que aún continúo optimizando) he podido:
Construir una audiencia de unas 30.000 personas en menos de 1 año
Monetizar mis pasiones (pasé de cobrar 50 euros por sesión a generar 5.000 euros al mes con mi servicio de alto valor)
Generar ingresos mensuales por encima de la media en Europa siendo 100% autodidacta a través de internet
Crearme una vida de libertad en todos los sentidos mientras creo un impacto positivo en el mundo
Crear el vehículo para materializar mi vida ideal estos próximos meses y años.
Pero sobretodo,
Vivir un día a día que me llene y donde la paz interior abunde.
Y no digo esto para fardar ya que hay gente con mejores resultados que yo.
En esta newsletter te voy a enseñar que existe una forma más eficiente de tomar acción y trabajar que te llevará al progreso hacia tus objetivos sin quemarte en el proceso y que te permitirá crear un trabajo y una vida de mejor calidad al final del día.
Y cual es esta forma de trabajar te estarás preguntando?
Replanteando la productividad: una nueva forma de trabajar
Antes de pensar en usar cualquier sistema de productividad debes entender la productividad por lo que es.
No por lo que la mayoría cree que es.
La productividad consciente es el fundamento para crear trabajo que es significativo para ti y de valor para el mundo de forma inteligente.
Es dejar atrás la idea de que la productividad es hacer las máximas tareas posibles.
Y ver la productividad por lo que realmente es:
Hacer las cosas correctas desde el lugar correcto.
Es ser plenamente consciente de que esparcir tu foco en varias direcciones es lo más dañino para tu progreso.
Evitando así sacrificar la máxima alineación contigo y tu objetivo.
Conforme he probado varias técnicas, herramientas, apps, estrategias…me ha quedado algo muy claro.
La solidez de tu sistema de productividad o trabajo depende de lo sólida que sea tu comprensión de lo que llamas productividad.
La mayoría cree que cuantas más tareas tachen de su lista y más tiempo trabajen más productivos son.
Esta es la idea a la que estuve suscrito durante años en mi emprendimiento.
En retrospectiva, esta creencia fue la responsable de que me quemara, no tuviera foco, necesitara descansos largos todo el rato, no disfrutara de mi día a día, y tardara más en lograr lo que quería.
Mi visión de la productividad era uno de mis grandes problemas.
Y seguramente sea el tuyo si:
Trabajas sin parar y crees que eso debe ser así para ser productivo
Tienes el día estructurado en más de 4 o 5 tareas
Te abruma lo que debes hacer durante el día
Te cuesta tomar decisiones
No tienes claras tus prioridades
Ves sacrificar tu sueño, relaciones y salud mental/física como una medalla de honor y algo necesario.
Te sientes culpable y te castigas cuando no puedes trabajar o priorizas el descanso.
Como he mencionado, la productividad no se trata de llenar tu día de tareas se trata de completar las tareas realmente importantes para ti y lo que quieres crear de forma eficiente.
Por un lado, cumplir con los puntos que acabo de mencionar es el resultado de NO tener claridad específica sobre tu visión sobre a) lo que quieres b) porqué lo quieres y c) quién debes ser para que esa realidad sea tu normalidad.
Este es uno de los pilares fundamentales del sistema que compartiré en esta newsletter — cómo crear claridad absoluta (lo cual es esencial si buscas crear una vida de libertad, dinero y impacto).
No puedes ser efectivo en tus acciones sin antes tener un norte o dirección clara en la que enfocarte.
Necesitas una visión porque las consecuencias de no tenerla son desastrosas.
Recuerda, vives en un mundo repleto de distracciones.
Si tu no enfocas la atención hacia un objetivo significativo y en transformarte en una identidad más evolucionada, otras cosas absorberán tu atención.
Tus patrones destructivos y conductas inconscientes son indicios de tu falta de visión. Carecer de visión hace que no te pares a cuestionar y entender tu comportamiento porque no has creado una realidad potencial en tu mente que requiere que trasciendas o integres lo que detona tus patrones inconscientes. Una visión clara te prepara para evolucionar.
Una visión clara que estimule lo más profundo en ti y que has reducido a acciones diarias es uno de los hacks de productividad más infravalorados.
Por otro lado, cumplir con los puntos anteriores también es la consecuencia de tener un paradigma y unas ideas erróneas (mainstream) sobre la productividad. Así que necesitas una visión clara y ajustar tu paradigma actual que te lleva a quemarte, odiar el proceso, y evitar el trabajo que te acerca a tus objetivos.
Te hablaré de la filosofía de trabajo (con lo que estoy experimentando) que adoptaron grandes referentes increíblemente productivos y influyentes en sus campos como Charles Darwin, Charles Dickens, Albert Einstein, y que hoy día adoptan emprendedores de alto rendimiento como Dan Koe, Matt Gray, Sam Altman que les permite generar millones de dólares, producir trabajo de calidad que marca un antes y después en la sociedad priorizando su descanso, ocio, relaciones, y cultivación personal (salud mental).
Por eso, antes de hablarte del aspecto práctico del sistema, debo hablarte de la perspectiva que servirá el mayor bien de tus objetivos y el disfrute de tu trabajo/vida.
Personalmente, desde que he ido integrando los principios sobre los que se sustenta este paradigma contraintuitivo he podido:
Crear trabajo de mayor calidad (según mis clientes, lectores y audiencia)
Aumentar mis ingresos mes tras mes
Avanzar en los proyectos que realmente mueven la aguja
Dejar atrás la preocupación de ‘no hacer suficiente’
Quedar 100% satisfecho sobre lo que logro completar en mi día a día
Dejar de golpear mi cabeza contra la pared cuando las cosas no fluyen
Usar y ver el descanso como una palanca para crear mejor trabajo
Disfrutar 1000 veces más el proceso
Desestancarme con facilidad cuando me bloqueo en un proceso creativo
Priorizar lo que verdaderamente importa
Dejar de quedar abrumado por la palabra ‘productividad’
Descansar y dedicar tiempo al ocio sin sentir que debería estar haciendo algo
Un nuevo paradigma sobre la productividad
El paradigma que tiene la mayoría sobre la productividad está basada en ideas erróneas como:
Más siempre significa mejor.
Cuantas más cosas puedes hacer más recompensado serás.
El descanso es una mera necesidad de nuestro cuerpo físico y un inconveniente.
Debes sacrificar tu salud mental y bienestar para lograr algo que merece la pena.
Cuanto más logres más feliz y pleno te sentirás.
El trabajo y el descanso son opuestos.
Esta ideología es responsable de llevarnos a producir trabajo de peor calidad y de que juguemos a nuestra contra limitando nuestro progreso al ignorar la capacidad que tienen nuestras mentes para enfocarse y rendir a su máximo nivel durante un tiempo limitado.
También es la ideología responsable por hacerte sentir que deberías estar haciendo, trabajando y siendo productivo todo el rato. Llevándonos a vivir nuestras vidas de forma poco intencional o coherente con lo que verdaderamente nos importa, a sentirnos culpables por descansar, y curiosamente a rendir mucho menos.
Las consecuencias de este paradigma desfasado piden a gritos que se reestablezca la verdad y el sentido común, porque esta forma de vivir y trabajar no hace más que empeorar la calidad de nuestras vidas.
Hay una mejor manera de hacer las cosas (por si no te lo habías planteado).
Esto es una realidad que he estado explorando y poniendo en práctica durante los últimos 4 meses, así que sigue leyendo si quieres conocer los descubrimientos que están revolucionando mi productividad y calidad de vida.
Las ideas esenciales del nuevo paradigma
A lo que te voy a introducir es un conjunto de ideas, razones y evidencia que dan vida a un paradigma que realmente nos hace más productivos mientras mejoramos la calidad de nuestro día a día.
Quiero que quede claro que estas ideas aplican sobretodo a las personas que trabajan en el campo de trabajo creativo y de conocimiento, sin embargo, independientemente del area de trabajo, como veréis según las investigaciones, la cantidad de recursos y energía cognitiva que tenemos todos para enfocarnos en hacer trabajo de calidad con todas nuestras facultades, es la misma, y ese hecho ya nos invita a replantearnos la forma en que enfocamos la productividad.
También cabe decir que integrar estas ideas, inevitablemente te llevará a desafiar la identidad de ‘persona que trabaja 8-10 horas al día’ o simplemente la identidad que ha invertido tantos recursos mentales y emocionales en sobrevivir la idea de que ‘la única forma de conseguir algo es trabajando muchas horas, sacrificar el ocio y el descanso, y que más siempre significa mejor’. Te digo esto porque te sentirás desafiado de primeras al entrar en contacto con estas nuevas ideas y es perfectamente normal. Simplemente se consciente de ello y abre tu mente a otra perspectiva si quieres conseguir resultados distintos.
Las llaves viejas no abren puertas nuevas.
Tu valía como ser humano no depende de lo que haces sino de lo que eres.
Tu plenitud nunca vendrá de lo que consigas en el mundo, viene de tu fuente interior.
Estar desconectado de tu mundo interno te llevará a una auto-exigencia tóxica.
Priorizar la gestión de tus pensamientos y emociones es necesaria para sostener la acción inteligente, no eres un robot.
Observar los patrones de tu yo pasado con entendimiento y compasión cuando saboteen tu intención consciente es esencial para reconectar contigo y redirigirte.
Tus acciones y trabajo emanan una energía superior cuando estás establecido en el ser porque las haces desde el desapego y la serenidad.
Nunca habrás acabado, siempre habrá más por hacer. La productividad es un juego infinito donde si te enfocas en hacer lo que es más significativo para ti día a día en conexión con el momento presente, ganarás.
Acepta que deberás ignorar, eliminar y sacrificar cosas que quieres hacer para darle lugar a las cosas que realmente quieres hacer y aportan verdadero progreso.
El progreso significativo viene a raíz de una mente enfocada, calmada y presente, la sobre-estimulación es tu mayor enemiga.
La vida es un constante equilibrio entre la disciplina y la entrega, hacer y no hacer, trabajar y descansar.
El trabajo requiere disciplina y el descanso también. Dejar de hacer cuando creemos que estamos siendo productivos requiere disciplina.
“El que se aferra a su trabajo no creará nada que perdure. Si quieres estar de acuerdo con el Tao, simplemente haz tu trabajo y luego déjalo ir” — Lao Tzu.
No es el esfuerzo constante lo que da resultados, sino un foco constante, paciente, y sin prisas que organiza nuestra atención cuando estamos trabajando en algo importante y que está presente durante periodos de reposo.
No se trata de las horas que haces se trata de lo que haces en esas horas (calidad por encima de cantidad).
La ciencia demuestra que lo que suprime tu productividad es la cantidad de horas a la semana que intentas ser productivo, las horas no determinan el resultado.
Un de los mayores bloqueos a ser productivo es pensar que el tiempo impulsa la productividad debido al sesgo de linealidad (Si en una hora escribes 2 piezas buenas de contenido, creerás que en 2 horas escribirás 4 pero esto no funciona así. Debido a que tienes menos gasolina cognitiva, tu claridad, efectividad y eficiencia mental no será igual, por lo tanto, en vez de escribir 2 piezas más de contenido, escribes 1).
Las horas extra sabotean tu rendimiento, a partir de cierto punto, más esfuerzo no mejora tu rendimiento, lo sabotea. Es como regar demasiado a una planta, en vez de favorecer su crecimiento, la estás ahogando.
Priorizar trabajar más horas por encima de tu bienestar mental sabotea tus resultados. Menos horas + priorización y eliminación = más productividad
No existe tu rutina o plan perfecto, la planificación eficiente es un proceso de constante experimentación y iteración.
Enfoca la planificación como un científico curioso por experimentar no como un sargento.
Aceptar que tu capacidad para enfocarte deliberadamente en una tarea y rendir a tu 100% es limitada te trae a un lugar de tomar una decisión empoderada sobre que es más inteligente priorizar.
Descanso = actividades que regeneran y recuperan tu energía mental a través de actividades no relacionadas con el trabajo (socializar, entrenar tu cuerpo, salir a caminar, escribir en tu diario, probar nuevas actividades o cualquier cosa que quite el foco de tu trabajo y te motiven intrínsecamente más allá de tu trabajo).
Sacrificar el descanso para producir más es caer por la ilusión de que la calidad de tus decisiones y rendimiento no empeorará tras agotar tus recursos cognitivos.
Como aplica el nuevo paradigma al mundo real?
La mejor forma de aterrizar esta nueva forma de enfocar el trabajo y el descanso se traduce a un día de laboral de 4 horas o 4 horas de trabajo enfocado (algo que he estado poniendo a prueba estas últimas semanas).
Como mencionaba antes, implementar estas ideas en tu rutina será abrumador al principio ya que esta se sustenta sobre las ideas del viejo paradigma. Integrar estos principios llevan su tiempo ya que necesitas reorganizar tu mente y tu estructura diaria para poder accionar en base a esas nuevas ideas de forma consistente.
Curiosamente, después de estar experimentándolo, contrastarlo con amigos que se especializan en el alto rendimiento y verlo respaldado por numerosas investigaciones en el campo de la neurociencia, parece que 4-5 horas de trabajo enfocado es lo que un humano puede sostener antes de que su foco empiece a dispersarse y necesite recargar su mente. Como con todo, el foco es algo que entrenas y mejoras a lo largo del tiempo.
Y aunque pueda parecer poco, 4 horas da para realizar las tareas más importantes y que más mueven la aguja. Lo que te impide ver eso como una realidad es tu falta de claridad sobre lo que realmente importa y no acostumbrarte a definir un tiempo determinado para completar tus tareas. El hecho de apuntar a completar tu trabajo más importante en 4-5 horas actúa como una fecha límite que enfoca tu atención y que juegues con la Ley De Parkinson a tu favor.
Conforme desarrollas tu foco y reseteas los niveles de dopamina en tu cerebro, verás que en 4 horas podrás finalizar el trabajo de toda una semana en 1 o 2 días. Esto obviamente requiere práctica.
Todo esto lo evidencian los patrones que podemos observar en las vidas de personas altamente productivas a lo largo de la historia y lo podemos ver hoy en emprendedores como Dan Koe (que genera 4 millones de dólares al año cómo creador digital), Sam Altman (el fundador de OpenAI, Chat GPT), Matt Gray (que genera 9 millones al año con su imperio digital), y Ali Abdaal. Todos ellos hacen su trabajo en unas 4 horas.
A lo largo de la historia y varios campos, Alex Pang (el autor de Descansa, Produce Más Trabajando Menos) sigue encontrando lo mismo:
Charles Darwin (autor de El Origen De Las Especies que sigue siendo relevante hoy en día) trabajaba durante dos períodos de 90 minutos por la mañana. Luego, el matemático Henri Poincaré de 10am a 12pm y luego de 17pm a 19pm. El mismo ritmo aparece en las rutinas diarias de Albert Einstein, Thomas Jefferson, Alice Munro, John le Carré y muchos más.
Para que no creas que sufro del sesgo de confirmación (y si solo está mencionando a las personas que respaldan su argumento?), el autor de Rest (Alex Pang) se basa en el estudio del psicólogo Anders Ericsson sobre violinistas de élite, que confirman el mismo descubrimiento. Según el psicólogo sueco, los violinistas que destacaban no definían su límite de trabajo (cuanto practicaban) en función del tiempo que tenían disponible, sino en función de los recursos físicos y mentales disponibles para practicar con pleno foco. Cuando entrevistaban a los violinistas decían que principalmente era su capacidad de sostener la concentración necesaria para practicar deliberadamente que limitaba sus horas de práctica. Esto les forzaba a practicar no más de 4 horas al día. Luego obviamente tenían clases, ensayos, y otras tareas.
Todo el mundo lee con rapidez la parte del sueño, el descanso y el ocio y se enfoca en las 10.000 horas. Esto plasma el punto muerto que científicos, académicos, y casi todos nosotros tenemos: la tendencia a concentrarnos en trabajo enfocado, asumir que el camino a mayor creatividad y rendimiento se crea a través de life hacks, hábitos extravagantes, o resuelto a través de fármacos o otras substancias. Los que investigan el alto-rendimiento se enfocan solamente en lo que se hace en el gimnasio, la pista, la oficina o área de estudio. Todos se enfocan en las formas más obvias y medibles de trabajar y intentan hacerlas más efectivas y productivas. No se preguntan si existen otras formas de mejorar el rendimiento y mejorar tu vida. Así es como nos hemos creído que el alto rendimiento viene después de 10.000 horas de práctica. Pero es érroneo. Viene después de 10.000 horas de práctica, 12.500 horas de descanso deliberado, y 30.000 horas de sueño.
—Alex Soojung Kim Pang, Rest
Somos seres rítmicos, y la parte del ciclo que implica no sobrecargar la mente no es menos esencial para el resultado.
Lo que necesitas entender
La cuestión aquí no es que el mundo sería un lugar mejor si nadie se sintiera forzado a trabajar largas horas (aunque es verdad). La cuestión es que en cualquier trabajo que requiera creatividad, solucionar problemas, y pensamiento claro y crítico, una ideología que no le da importancia al descanso, es nociva para tu mente pero también para tu cartera.
El hombre que trabaja tan moderadamente como para poder trabajar constantemente no sólo conserva su salud por más tiempo sino que, en el transcurso del año, ejecuta la mayor cantidad de trabajo.
— Adam Smith
Tampoco significa que debas levantarte de tu escritorio una vez termines tus cuatro horas, y luego pases el resto del día jugando y no haciendo nada (aunque si puedes, hazlo).
La verdadera lección (o una de ellas) es que sirve tu mayor bien utilizar la libertad que tengas sobre tu agenda no para "maximizar tu tiempo" o "optimizar tu día" con tareas aquí y allá, sino para definir y bloquear tres o cuatro horas de atención enfocada a las palancas que te acercan a tu visión o tu trabajo más importante (idealmente cuando tus niveles de energía son más altos).
Deja de asumir que la forma de avanzar en tus proyectos más importantes es trabajar más tiempo. Abandona la noción perfeccionista de que lo ideal sería reducir los correos, las reuniones, mensajes y otras interrupciones a 0. Aprende a ignorar y a dedicar tu foco a lo que verdaderamente importa durante el día, lo demás es una distracción.
Hagámoslo práctico
Para integrar y poner todo esto en práctica, enfócate en hacer lo siguiente adaptándolo a tus circunstancias:
Comprométete a comprimir tus horas de trabajo y no trabajes más horas que eso, sin importar la razón (en este caso 4 o 5 horas).
Por necesidad te verás obligado a desarrollar las habilidades, sistemas y apalancamiento necesario para amplificar tu productividad de forma exponencial en vez de lineal (esto es un proceso progresivo). No debes exigirte trabajar 4 horas hoy mismo.
Antes de tachar esto de algo imposible y inviable para ti, abre tu mente un poco y disponte a preguntar si hay una mejor forma de hacer las cosas o si lo estás complicando más de la cuenta. Complicarlo más de la cuenta siempre ha sido mi caso.
Hay 3 razones esenciales por las que debes comprimir tus horas de trabajo (basadas en investigaciones de Flow Research Collective en colaboración con las universidades de Harvard, Sydney, Philadelphia y organizaciones como Deloitte y Fórmula 1 entre muchas otras):
Comprimir tus horas aumentará tu productividad porque deberás forzarte a determinar lo que es importante vs. lo que que no (permitiendo así el progreso exponencial).
Así podrás priorizar dramáticamente mejor a través de ordenar tus tareas por orden de importancia, eliminar las cosas que no producirán resultados, y determinar mejor cómo hacer las cosas que son realmente prioritarias (además incrementarás tu propensidad a un estado de flujo).
Integrar esto me forzó a definir las 3-5 palancas fundamentales que me llevarían al progreso y a ignorar todo lo que simplemente me mantenía ocupado. Por eso es clave que te comprometas a comprimir tus horas de trabajo.
Comprimir las horas disponibles te forzará ajustar el equilibrio entre tus habilidades y el desafío de completar tus tareas.
Según los estudios de Flow Research Collective, el punto óptimo es cuando el desafío sobrepasa tus habilidades alrededor de un 5%, con esto buscamos que el desafío supere nuestras habilidades ligeramente (esto aplica a todas las areas realmente).

Aumentar el desafío demanda que aumentes tus habilidades. En este caso, comprimir tus horas de trabajo aumenta tus habilidades, lo cual lleva a que logres el equilibrio perfecto entre el desafío y tus habilidades y entres en estado de flujo (máxima eficiencia).

Para maximizar tu productividad durante tus horas de trabajo enfocado, requerirá que tomes descansos y pausas estratégicas.
La mayoría no puede acceder al estado de flujo que disparará su productividad exponencialmente porque no respeta la fase de recuperación y descanso debido a la sensación constante de que deberían estar haciendo más todo el rato.
Cómo ya has visto, entregarse a esta noción es contraproducente y saboteará tus resultados. En su lugar define lo que es más importante y bloquea 4 horas para hacerlo.
En el cerebro, esto resulta en una segregación constante de cortisol y norepinefrina (hormonas del estrés) que pone a tu sistema nervioso en estado de alerta.
El descanso que te permite recuperar tu foco y facultades cognitivas al 100% ocurre cuando pones en pausa la obligación constante por trabajar.
Al comprimir tus horas, te fuerzas a parar de trabajar y hacer las tareas más demandantes/importantes si o si.
Más allá de las 4-5 horas, debes parar, idealmente no deberías hacer nada a no ser que tus tareas prioritarias se expandan o se alarguen. En ese caso te enfocarás en crear los sistemas para poder sistematizar tu trabajo progresivamente para tenerlo hecho en 4-5 horas. Pero si una vez has completado las tareas que mueven la aguja estás checkeando tu correo, o enviando mensajes relacionados a tu trabajo todo el rato, y manteniéndote ocupado, necesitas definir un hora donde simplemente PARAS.
Cuando no paras…
No dejas que tu cerebro amplíe su foco
No dejas de estar sometido al estrés
No dejas de estar pendiente del futuro
No te permites llegar a soluciones creativas que te permiten hacer las cosas mejor y de forma inteligente (gracias a no intentar resolver el problema conscientemente).
Así que solo cuando paras y te comprometes a no hacer nada a partir de tus horas de trabajo enfocado que dejas de tener la obligación de tener que trabajar y escapas la ‘culpa por no ser productivo’ lo cual acelera y profundiza tu descanso.
Te sorprenderá cuando te levantes al día siguiente y veas las cosas mucho más claras.
La psicología también respalda que cuando tratas de conseguir resultados a largo plazo sea cual sea el area de trabajo, la constancia gana a la intensidad.
Por ejemplo, la persona que trabaja solo dos días a la semana durante todo el año, avanzará muchísimo más que la persona que trabaja ferozmente cada día durante un mes y no durante todo el año.
La constancia gana a la intensidad. Esto aplica igual al estado de flujo. Entrarás más en estado de flujo si no te fuerzas a trabajar tanto y tan intensamente, por lo tanto, si rebajas la intensidad y el tiempo, entrarás en flujo con mayor constancia.
El descanso es parte del trabajo, no es rendirse a la fatiga, es una recuperación estratégica de tus recursos y habilidades cognitivas.
Tu idea sobre productividad depende de tu idea sobre el tiempo
Ajustar mi perspectiva sobre el tiempo ha sido algo que ha disparado mis niveles de progreso, disfrute y satisfacción por lo que hago cada día.
Porque?
Abrazar los limites de mi existencia hace que me asegure de que mis decisiones prioricen lo más determinante y importante para crear la vida que quiero en cada aspecto. Y sobretodo entender que mi única razón por existir no es trabajar y hacer.
Esto me permite decir que no, ignorar, eliminar y procrastinar las cosas que menos importan (y si, procrastinar puede ser bueno).
Cuando tu mente entiende que por haber vivido 1000 días no significa que vivirás 1000 días más, empiezas a ser mucho más consciente de la gente que tiene acceso a ti, lo que haces, y como lo haces.
Nuestras mentes están condicionadas por años de hábitos y por la incesante búsqueda de algo ‘mejor’ a lo que es ahora.
Esto nos encarcela en una forma de vivir mecánica, sin frescura, y dormida ante la revitalizante realidad que abrazar tu finitud te permite vivir.
Como explico en una de mis newsletters pasadas, cuando tienes claridad sobre las 4-5 cosas que sabes que al hacerlas realmente marcarán la diferencia en tu vida, eliminas todo tipo de abrumación existencial y estrés innecesario.
Por esta razón, crear claridad es el fundamento de todo sistema de productividad sostenible para ti y el buen uso de tu tiempo.
Crear claridad será lo primero que hagas antes de nada.
Será el mayor contribuyente a tu foco.
El fundamento de tu sistema: claridad
Los humanos son más felices cuando avanzan hacia una meta que tienen la claridad y la habilidad de lograr.
Los humanos se encuentran peor cuando se quedan quietos pensando en una gran meta.
Una que no han dividido en objetivos más pequeños que puedan alcanzar aquí y ahora.
—Dan Koe
Si hay un tema común entre todas las investigaciones que existen sobre productividad y el estado mental ideal para lograr hacer más con menos es este:
Claridad y orden mental.
No solo es el pilar esencial para que vivas productivamente, sino que es la clave para hacer de tu experiencia humana lo más óptima, evolutiva y satisfactoria.
A la hora de querer hacer progreso hacia un objetivo que trae significado, curiosidad, pasión y propósito a tu vida, tu mayor enemigo es el desorden mental, un estado de caos interno donde el contenido de tu conciencia carece de una visión o jerarquía de objetivos claros, y una imagen clara de la identidad que interactúa con la realidad acorde esos objetivos.
Esto se debe a una falta de interacción con el momento presente que deja que las intenciones de los demás, los pensamientos aleatorios del pasado y el futuro manipulen tu consciencia.
Todo el mundo parece enfocarse en las acciones, procesos, estrategias, pero nadie habla de lo que permite que esas piezas sean sostenibles y funcionen para ti.
Sin claridad sobre la dirección que quieres que tome tu vida a largo plazo, no sabrás el objetivo en el que deberás enfocarte los siguientes 90 días para acercarte masivamente a tu visión, y no sabrás las acciones clave que te harán progresar en el tiempo que tengas disponible para enfocarte en tu emprendimiento o negocio.
Finalmente, es esta claridad sobre como crear tu futuro que te permite abrirte plenamente al futuro, estar desapegado, y plenamente enfocado en el presente.
Como verás, crear claridad absoluta permite que el resto de tu sistema se de automáticamente.
Con esto en mente, empecemos a crear tu sistema de claridad y productividad consciente en 4 pasos:
1. Define tu visión
Partiendo de la idea de que ser productivo significa hacer las cosas correctas, solo puedes saber si estás haciendo esas cosas si tienes claridad y orden mental.
Antes de nada debes saber cuales son las cosas correctas.
Y solo lo sabrás si estás conectado con la vida que te gustaría crear a largo plazo. Recuerda que toda causa tiene un efecto y que repetir las causas que te llevan a una vida que no quieres durante años será algo de lo que te arrepentirás dramáticamente.
Debes saber lo que mueve la aguja para ti (en todos los sentidos) además de lo que no estás dispuesto a sacrificar en el proceso.
Por ejemplo: yo no estoy dispuesto a sacrificar mi salud, vínculos que aprecio, integridad, y valores por mis objetivos.
Tenlo en cuenta.
Escribe lo que considerarías tu vida ideal en las siguientes areas:
Salud
Finanzas
Familia
Trabajo
Energía
Ubicación
Día a día
Estado interno
Auto-concepto
Para más claridad aún, haz el ejercicio pero al revés; define lo que considerarías tu PEOR existencia en todas esas areas.
2. Define tu objetivo anual
El poder de reversar tu visión y objetivos a las exactas tareas que debes ejecutar hoy para alcanzarlos es inmenso.
A continuación haremos lo siguiente:
Traducir esta visión a 3-5 objetivos y enfocarlo a los próximos 90 días
Reducir esos objetivos a 3-5 tareas prioritarias diarias.
Escribe tus 3-5 metas más importantes para 2024 que estén alineadas con tu visión.
Un objetivo anual debe ser grande pero realista, específico, tener un por qué significativo para ti, y una fecha límite.
Hazte las siguientes preguntas para verificar tus metas
Me generan ilusión (dopamina) estas metas?
Han conseguido estos objetivos otras personas? Puedes verte consiguiéndolos de forma similar? Si te falta claridad explora como esas personas lo han hecho.
El resultado final es cuantificable y específico? Si no lo es asegúrate de que lo sea.
Se alinean estos objetivos con mi visión y la persona en la que me quiero convertir? O son objetivos de otras personas?
Tómate un momento para cuestionar, refinar y reflexionar tus metas. Si no tienes estas respuestas 100% claras no conseguirás tus metas.
3. Aplica la ingenieria inversa a tus objetivos
La mayoría no consigue sus objetivos porque no tienen claridad sobre las acciones y sub-objetivos que deben ejecutar para crear su objetivo principal.
No entienden por qué acciones y sub-objetivos se compone su objetivo principal.
Por culpa de esto, tus objetivos son demasiado genéricos y no tienes claridad sobre las acciones que debes tomar día a día, lo cual hace que tu objetivo solo sea un sueño.
Por esta razón, vamos a reducir tu objetivo anual a un objetivo en el que te enfoques los próximos 90 días. Así podrás traer las acciones necesarias a presente y no abrumarte por tu gran objetivo.
Esto te permitirá entender los elementos que forman tu objetivo principal.
Alcanzar ese objetivo trimestral te asegurará que vas en la dirección correcta para alcanzar tu objetivo anual.
A continuación, haz un ‘braindump’ (vuelca tu cerebro en papel) pensando en las siguientes preguntas:
Que es necesario que ocurra para conseguir mi objetivo?
Que es lo más importante para mí ahora mismo?
Cuál es el vehículo para conseguir mi objetivo?
Es específico, medible o cuantificable, alcanzable, realista, relevante a tu visión, y sujeto a una fecha final? Asegúrate que sea así.
Una vez tengas esta información, define tu objetivo para los próximos 90 días en una frase.
Ahora que tienes tu objetivo a 90 días definido, define las acciones verbales que deberás ejecutar cada semana para conseguirlo. Estas serán las palancas que tirarás cada semana y donde irá tu foco.Por ejemplo: prospectar 60 minutos, escribir 90 minutos, crear módulos del curso 90 minutos, construir página de venta, formarme 60 minutos, postear 1 newsletter cada semana, etc…Haz una lista.
Pasa tus tareas a bloques de trabajo diarios de 60-90 minutos.
4. Construye tu día
Aquí construirás tu dia en Google Calendar en base a tus bloques de trabajo, ejercicio, rutina de activación, rutina de desactivación, comidas, bloques de estudio y aprendizaje, descanso, etc
Adáptalo a ti, tu estilo de vida, y a tus responsabilidades o obligaciones actuales.
Debes averiguar cómo puedes tomar la responsabilidad para materializar tu visión a través de las tareas prioritarias que te llevarán ahí mientras cumples con el resto de tus obligaciones y el tiempo que tienes HOY.
Por ejemplo:
Despertar y Rutina de Activación: 6:30
Hora del Bloque de Trabajo 1: 7:00
Hora del Bloque de Trabajo 2: 8:45
Hora del Bloque de Trabajo 3: 10:30
Hora de ejercicio: 12:30
Comida: 14:00
Hora del Bloque de Trabajo 4 (Reuniones y Sesiones): 15:30
Hora del Bloque de Trabajo 5(Sesiones y Aprendizaje): 17:00
Cena: 20:00
Rutina de Desactivación: 19:30
Hora de dormir: 22:00
Te recomiendo plasmarlo así dentro de Google Calendar:
Crea calendarios para bloquear las tareas y bloques de trabajo en sus respectivas areas.
Nombra los calendarios así: Rutina de activación, Rutina de desactivación, Ejercicio y Cultivación personal, Tareas palanca/prioritarias, Aprendizaje y formación, Tareas recurrentes, Familia, Reflexión y planificación de Domingo, Reuniones y llamadas
Clasifícalos por colores a tu gusto
Usa Google Task (que se conecta a tu Google Calendar) para vaciar tu cerebro de mini-tareas que te vengan durante el día que deberás recordar para otro momento (Ej. llamar al técnico de la caldera, enviar mensaje a X persona…)
Esta es tu receta definitiva para obtener claridad.
Una vez sabes las acciones exactas que inevitablemente llevarán a tu objetivo, no hay espacio para dudar, no creer o confiar en ti y lo que haces.
Para ser productivo, tus 3-5 tareas prioritarias son lo único que importa.
Al tomar acción, naturalmente verás donde debes poner más o menos energía, si hay otras cosas que debes priorizar más, etc.
Soltar la necesidad de que tus acciones sean perfectas es la mejor decisión que puedes tomar.
Solo la acción imperfecta creará algo increíble a lo largo del tiempo.
Si quieres este proceso de 4 pasos en la plantilla de Notion que uso con clientes de mentoria, la puedes conseguir gratis aquí.
Concluyendo
Esta newsletter tiene muuucha carne y gran parte de ella ha sido introducirte a una serie ideas que se apoyan en la filosofía y forma de trabajar que más sentido ha tenido para mi en el camino del emprendimiento.
Pero sobretodo que me ha ahorrado caer en burnout, odiar el proceso, hacerlo forzado, no tomar acción inteligente y no disfrutar del camino.
La otra parte ha sido introducirte a un sistema que puedes empezar a integrar hoy en tu día a día para aplicar los principios que he compartido en toda la newsletter.
Como menciono en mi contenido, estos sistemas, objetivos, estrategias y tácticas serán de poca utilidad si tienes todo tipo de patrones subconscientes que te dominan y sabotean constantemente.
Para que los sistemas funcionen, tu visión y objetivos tomen forma debes ser la persona que da forma a esa visión de forma disciplinada.
Si te interesaría indagar más en como quitarte de tu propio camino, dejar de ir con el freno de puesto en tu negocio, y alcanzar los resultados que quieres en tu emprendimiento sabiendo que estás aprovechando tu potencial, puedes aplicar a tu plaza para el Programa de Maestría Personal y Transformación Subconsciente rellenando este formulario.