La ilusión del control: cómo los maestros toman acción

Siempre fui un yonki del control.

¿Alguna vez has tenido la sensación de no haber hecho suficiente

…Y desde esa neurosis y conflicto, te pusiste a hacer por miedo a que las cosas no fueran como quieres o que tarden demasiado?

Así que saltas a esforzarte más, a manipular la realidad, y te ves incapaz de soltar el control.

O quizás alguna vez has sentido que te falta claridad sobre qué hacer y haces forzosamente sin certeza de lo que realmente deberías hacer.

Una vez más, saltas a esforzarte más, a manipular, y no sueltas el control.

El ciclo del control

Este ciclo vicioso del control es el modo operativo de los que luchan con la realidad en lugar de fluir con ella desde una acción alineada. Prolongar este ciclo es la receta perfecta para destruir tu salud mental.

Si has estado leyendo mis anteriores correos sabrás que he estado profundizando en principios de Reality Transurfing.

El Transurfing es un paradigma basado en la física cuántica que propone que tú no creas la realidad, sino que eliges cuál experimentar entre las infinitas posibilidades que ya existen.

Va en contra de todo lo que nos enseñaron: no necesitas luchar por lo que deseas, sino alinearte con ello desde un nuevo nivel de consciencia.

Durante años leí sobre espiritualidad, manifestación, etc., y comprendía mentalmente las leyes de la naturaleza que gobiernan nuestra realidad física.

Como por ejemplo: la realidad no hay que controlarla, hay que fluir con ella.

Ambos sabemos que una cosa es decirlo y otra es ponerla en práctica.

Esto no lo tenía integrado ni sabía encarnarlo y por eso tomar acción en mi negocio se sentía forzoso, insuficiente, y sentía que tenía que luchar conmigo y la realidad para crear los resultados que quería. Como en el ejemplo que he compartido arriba.

La sensación de que debemos forzar y luchar para conseguir lo que queremos es lo que en Transurfing llaman la ilusión del control.

Cuando integré por qué saboteaba los resultados en mi negocio a raíz de esta ilusión, pasé de forzar a fluir, de conseguir a atraer, de la ansiedad a la paz.

Lo que hacía no fue lo que cambió, lo que cambió fue mi forma de ser, mi identidad.

El control es una ilusión del ego

Intentar controlar la realidad es inútil.

Sin embargo, la mente confunde control con seguridad.

La mente fue diseñada para garantizar supervivencia, no consciencia.

Prefiere “hacer más” antes que tolerar incertidumbre.

Por eso la mente desarrolla un reflejo automático: “mejor hacer algo, lo que sea, que quedarme quieto en la incertidumbre”.

Acción = sensación de seguridad, aunque sea falsa.

Así, fabrica la ilusión de control: cree que al forzar la acción, asegura resultados.

El ego teme que si no haces todo y más, la realidad se detendrá o no te dará lo que quieres. Esa creencia es la que dispara la sensación de “no he hecho suficiente”.

Pero no es la realidad que exige, sino tu ego programado por un paradigma de miedo, escasez y control.

Por tanto, la creencia de “tiene que salir así” o "tengo que poder hacerlo todo ya" crea un exceso de importancia y la realidad responde con resistencia.

Empiezas a empujar las cosas porque no eres capaz de tolerar la incertidumbre, y con esto generas un potencial excesivo.

Este potencial excesivo crea un desequilibrio energético que genera fuerzas equilibrantes (la manera que tiene la naturaleza de corregir el desequilibrio creado por tu exceso de importancia).

Entonces, las fuerzas equilibrantes compensan el exceso: cuanto más aprietas, más se escapa.

Sin embargo, observas que aunque fuerces, la claridad no llega y la ansiedad aumenta.

¿Por qué?

Porque el espejo de la realidad no responde al empuje sino a tu estado interno.

El resultado: entras en neurosis. Terminas agotado, confundido, y aun así sin seguridad real.

Y si el patrón sigue…

  • No sabes distinguir qué debes hacer realmente.

  • Acabas quemándote en tus proyectos.

Cuando te das cuenta de esto, ves que en esa situación forzar y apretar se convierte en la peor vía.

La realidad no necesita ser controlada, necesita ser observada, comprendida y redirigida.

Si te interesa integrar y implementar este paradigma para dejar de sabotear los objetivos en tu negocio, contáctame aquí.

La claridad y el progreso no nacen de la presión

La claridad nace del espacio (menos ruido → señales claras).

El segundo error fundamental es este: no pausar cuando no hay claridad.

Tu error no es falta de disciplina, sino no distinguir cuándo actuar y cuándo soltar.

Cuando no tienes claridad, actúas forzando, pensando que así desbloquearás el camino. Pero en ese momento lo que se necesita es espacio, no acción ciega.

Al actuar “por obligación” dejamos de ver la dirección que la realidad quiere que tomemos.

Esto es contraintuitivo para la mente humana porque como hemos visto antes, el ego no soporta la incertidumbre.

La vida toma el camino de menor resistencia para entregar tus objetivos

Como he compartido anteriormente, la vida siempre busca el equilibrio.

Por ejemplo:

  • Si dependes emocionalmente de una persona (le das demasiada importancia), es común que la otra persona se aleje o pierda el interés.

  • Si haces algo por pura ambición o codicia, ignorando lo que sientes o sin conexión con tu propósito, es común que surjan obstáculos, bloqueos o pierdas motivación.

  • Si vives en constante estrés o ansiedad, tarde o temprano llegará un colapso, una pausa forzada o la necesidad de retiro.

  • Cuando esperas con ansiedad que algo ocurra (un mensaje, una respuesta, un resultado), muchas veces se retrasa o no ocurre como esperabas.

Dicho de otro modo, la realidad se organiza para restablecer el equilibrio con el mínimo gasto de energía.

Cuando dejas de generar distorsiones internas como la importancia, el control o el deseo excesivo, la vida te guía por el camino de menor resistencia hacia tu objetivo, porque esa realidad ya existe y no requiere esfuerzo ni conflicto.

Integrar esto requiere una mente abierta. Va en contra de todo lo que nos enseñaron.

La ley de la entropía

Entre los siglos XVI, XVII y XVIII, varios físicos descubrieron la ley de la entropía.

Esta ley nos dice que todo en el universo tiende hacia el desorden y el caos.

Por ejemplo: hace una semana tenías una claridad brutal sobre qué hacer en tu negocio y ahora ya no. Esto es la ley de la entropía en plena acción. O cuando empezó la semana, tu casa estaba super ordenada y limpia, pero ahora está todo patas arriba.

Por tanto, siempre llega el momento en que necesitas crear orden y claridad.

Nuestro objetivo: Utilizar el flujo de entropía para alcanzar nuestras metas sin crear un desequilibrio energético en lugar de resistirlo, lucharlo o quedarnos atrapados en él.

Queremos dejarnos llevar por el flujo del universo (la ley de la entropía) y solo gastar la energía necesaria para corregir el rumbo.

Si la redirección que debes tomar te viene con claridad al instante, genial. Ese es el camino de menor resistencia.

Pero si no te viene al momento, debes aprender a no luchar y dejar que la claridad te llegue.

Por esta razón, pausar, salir a caminar, y dejar que nuestro subconsciente nos de la respuesta en lugar de forzar la maquinaria, nos cuesta tanto. Porque detestamos la incertidumbre que viene con dejarnos llevar por el flujo de la entropía

No intentes controlar la realidad, es inútil. En cambio, corrige el rumbo; encuentra el equilibrio entre el esfuerzo y la entrega. Aprende cuándo esforzarte y cuándo soltar. Encuentra el punto intermedio.

El Monje Millonario

Corrige el rumbo y aprende cuándo esforzarte y cuando soltar

Este es el núcleo del arte del Transurfing.

  • El esfuerzo consciente sin tensión es el movimiento de la acción alineada.

  • La entrega, por otro lado, no es pasividad: es confianza activa, es permitir que el guión de la realidad se revele sin imponer tu voluntad a cada paso.

Este discernimiento es el corazón de los maestros.

  • Cuando la intención está clara y ligera → actúas.

  • Cuando la realidad ofrece resistencia → observas y reajustas, no chocas.

Aquí entra el principio de la puerta sin llave:

No golpees la puerta que no se abre.

Camina por el pasillo hasta que otra se abra sola

Cuando eres consciente de esto, recuperas el poder de reescribir tu realidad.

En resumen…

  • No intentes llenar el vacío con más acción: permite que el espacio de incertidumbre te muestre la próxima puerta.

  • No confundas cantidad de esfuerzo con dirección clara: la precisión de un paso más lento vale más que la compulsión de diez pasos forzados.

  • No trabajes por miedo a quedarte atrás: la vida no corre delante de ti, camina a tu ritmo cuando sueltas la prisa.

  • No conviertas la duda en obligación: si la claridad no está, la pausa también es avance; el silencio es parte del crecimiento.

  • No manipules tus tiempos internos: descansa cuando sea necesario y actúa cuando la intención esté ligera; ambos polos son parte del mismo baile.

  • No te limites creyendo que solo creas la realidad con tus manos: la realidad ya coopera y responde a tu intención, tu papel es afinar la frecuencia (reducir la importancia, elegir con ligereza, moverte como si ya fuera tuyo).

El agua turbia se aclara mejor dejándola reposar.

Alan Watts

Espero que disfrutaras este correo, integrar esto ha elevado el nivel de paz desde el que tomo acción en mi negocio una barbaridad.

Y desde ahí, se dan los resultados.

Si te gustaría integrar este paradigma, implementarlo y transformar tu identidad para dejar de sabotear los resultados en tu negocio, escríbeme por aquí.